lunes, 25 de diciembre de 2006

Un lindo gatito...


Siempre había deseado tener una mascota que no tuviera que estar en una jaula, una pecera, ni una caja, pero hasta hace algo más de 3 años ese sueño no se hizo realidad...

Por casualidades de la vida, un día fuimos a casa de unos amigos y nos enseñaron a una preciosa gatita negra de poco más de 1 mes, y tanto nos gustó que días después fuimos a adoptar a una de sus hermanitas.
Según nos la enseñaron nos pareció la gata más bonita del mundo, con unos enormes e inquietos ojos verdes que auguraban lo despierta y lista que iba a demostrar ser.

El viaje a casa se la hizo eterno porque éramos desconocidos para ella y echaba de menos a su mamá, pero enseguida su curiosidad la hizo sentirse como en casa y deseosa de aprender cada ruido, cada olor, cada rincón de su nuevo hogar.

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