martes, 26 de diciembre de 2006

... pero con amiguitos

A los pocos días de tenerla la llevamos por primera vez al veterinario porque estaba aún sin vacunar. Lo malo es que no sólo la vacunaron, sino que también la tuvieron que limpiar los oidos y echar Frontline ya que el lindo gatito venía con amiguitos... ¡ácaros residentes en sus orejitas!!!

Si nunca has tenido un animal con problemas de ácaros, no crees que sea tan malo; pero nuestra veterinaria ya nos indicó que iba a ser un tema muy largo y pesado. Y así fue, y además mucha más peligroso de lo que podíamos sospechar.


Empezaron las visitas semanales al veterinario, donde además de limpiarle muy bien los oidos, de vez en cuando le echaban desparasitante en el cuerpo o/y en las orejas.
Por nuestra parte, todos los días en casa la limpiábamos muy bien y con mucho cuidado los oidos, cosa que los gatos no llevan nada bien y como te descuides te llenan de arañazos por todas partes.


Pero, como decía antes, no sólo fue una experiencia pesada y larga (varios meses de cuidados...) sino también peligrosa ya que estuvimos a punto de perder a nuestra gatita, por ser alérgica al Frontline: la primera vez que le echaron este desparasitante no la pasó nada, pero en posteriores ocasiones, que le echaron parte de la pipeta, la gata empezaba a echar espuma por la boca, pero la veterinaria nos indicó que era por el estrés que le producía todo el tema... hasta que varias semanas después le volvieron a echar una pipeta entera, y la gata se quedó en estado catatónico, y lo peor es que la veterinaria no supo reaccionar hasta que vino otra y le indicó que la pinchara otro medicamento ya que estaba teniendo una reacción alérgica.

Estos son los peores momentos que he pasado desde que tenemos a Kyra. Fueron unos minutos eternos, y las horas que le precedieron también, ya que se tuvo que quedar en observación toda la noche porque no terminaba de despertar...
A algunas personas le parecerá mentira, pero después de tan sólo un par de meses con ella,
pensar en no volver a verla al día siguiente fue muy duro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que lo que cuentas tiene que ser una experiencia muy mala. Menos mal que al final se recuperó, ¿verdad?

Nur dijo...

En esos momentos piensas que no deberías haberla tenido nunca porque duele mucho la idea de perderla, pero tuvimos suerte y se recuperó perfectamente y los ácaros pasaron a ser simplemente un incordio en lugar de una preocupación.